miércoles, 7 de noviembre de 2012

En la llamada vida civilizada ahuyentamos la noche con luces eléctricas y creemos estar iluminados, protegidos tanto interior como exteriormente. Pero cuando se vive en el campo, donde para volver a casa hay que caminar durante largo rato en la oscuridad, escuchando el susurro de los árboles, todo está tan negro como boca de lobo.


Marie Louise Von Franz
La Gata

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