“Dejame respirar largo tiempo, largo tiempo, el olor de tus cabellos, hundir en ellos mi rostro, como un hombre sediento en el agua de una fuente, y agotarlos con mi mano como un oloroso pañuelo , para sacudir unos recuerdos en el aire.
Si pudieses saber todo lo que veo, todo lo que siento, todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja por el perfume como el alma de otros hombres por la música.
Tus cabellos contienen todo un sueño, lleno de velámenes y arboladuras; contienen grandes mares cuyos monzones me llevan a encantadores climas, donde el espacio es más azul y más profundo, donde la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel.”
Baudelaire
Un hemisferio en una cabellera
viernes, 31 de agosto de 2012
lunes, 27 de agosto de 2012
domingo, 26 de agosto de 2012
Revelar mis escritos es desnudar mi cuerpo, con sus cicatrices, imperfecciones, lunares, arrugas, poros y vellos. Recorrer mis cuentos, novelas y poemas es leer los surcos de mis manos, es escarbar entre mi ralo cabello, es olfatear los humores que albergan el doblez de mis brazos, mis piernas, mis ingles ; peor aún, leerme es enquistarse en las circunvoluciones de mi cerebro. Mi escritura es el texto de mi cuerpo, de lo que he vivido y padecido, de lo que ha gozado y sufrido, de lo vociferado y lo guardado, de mis rubores y palideces.
Pero de igual forma que la escritura me acerca a la muerte, la muerte llega a través del placer, del deseo. Para mí escribir es paroxístico; nada más bello, más intenso, que el proceso creativo, nada más hermoso que el juego amoroso de la creación. Estallar en palabras es lamer el éxtasis, es dejarse venir cuesta abajo revolcándose en el arrebato hedonístico, perdido en abrazos. Así esa caída no conduzca a otra parte que a la muerte misma
Philip Potdevin
La Fragilidad de la escritura
Pero de igual forma que la escritura me acerca a la muerte, la muerte llega a través del placer, del deseo. Para mí escribir es paroxístico; nada más bello, más intenso, que el proceso creativo, nada más hermoso que el juego amoroso de la creación. Estallar en palabras es lamer el éxtasis, es dejarse venir cuesta abajo revolcándose en el arrebato hedonístico, perdido en abrazos. Así esa caída no conduzca a otra parte que a la muerte misma
Philip Potdevin
La Fragilidad de la escritura
Es tal su independencia que se queda ahí dormida , como un frasco azul de farmacia , envuelta en su tranquilidad y en su olvido.Pero al menor contacto sentimos que continúa intacta , a través de los años, esta energía voltaica.Y sentimos que nos atravesó el blanco del corazón la inefable puntería de una flecha que traía en su vuelo el aroma de los jazmines que también atravesó.
Pablo Neruda
Para Nacer he Nacido
Pablo Neruda
Para Nacer he Nacido
miércoles, 22 de agosto de 2012
Querer escribir, cuán absurdo es: escribir es la decadencia del querer, así como la pérdida del poder, la caída de la cadencia, otra vez el desastre.
No escribir; cuán largo es el camino antes de lograrlo, y nunca es cosa segura, no es una recompensa ni un castigo, hay que escribir solamente en la incertidumbre y la necesidad. No escribir, efecto de la escritura; como si fuera un signo de la pasividad, un recurso de la desdicha. Cuántos esfuerzos para no escribir, para que escribiendo, no escriba pese a todo…
No escribir: para ello no basta negligencia, la incuria, sino tal vez la necesidad de un deseo de soberbia, un nexo de sumersión con lo exterior. La pasividad que permite quedarse en familiaridad con el desastre
La escritura del desastre
Maurice Blanchot
No escribir; cuán largo es el camino antes de lograrlo, y nunca es cosa segura, no es una recompensa ni un castigo, hay que escribir solamente en la incertidumbre y la necesidad. No escribir, efecto de la escritura; como si fuera un signo de la pasividad, un recurso de la desdicha. Cuántos esfuerzos para no escribir, para que escribiendo, no escriba pese a todo…
No escribir: para ello no basta negligencia, la incuria, sino tal vez la necesidad de un deseo de soberbia, un nexo de sumersión con lo exterior. La pasividad que permite quedarse en familiaridad con el desastre
La escritura del desastre
Maurice Blanchot
lunes, 20 de agosto de 2012
Una fatiga de comienzo de mundo, la sensación de cargar su cuerpo, un sentimiento de fragilidad increíble y que se transforma en dolor estillante, una estado de letardo doloroso , una especie de letardo localizado en la piel , que no prohíbe ningún movimiento pero cambia el sentimiento interno de un miembro
Antonin Artaud
El Ombligo de los Limbos
Antonin Artaud
El Ombligo de los Limbos
domingo, 19 de agosto de 2012
viernes, 17 de agosto de 2012
Canción de la hora feliz
Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero,
de tan cruel dominio y trágica opresión,
que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero,
fui hasta la Muerte… Un alba se hizo en mi corazón.
Bien se que aún me aguardan angustias infinitas
bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien;
que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas
sus rosas en la onda de lúgubre vaivén.
Bien sé que, alucinándome con besos sin ternura,
me embriagarán un punto la juventud y Abril;
y que hay en las orgías un grito de pavura,
tras la sensualidad del goce juvenil.
Sé más: mi egregia Musa, de hieles abrevada,
en noches sin aurora y en llantos de agonía,
por el fatal destino de dioses engañada
ya no creerá en nada… ni aún en la poesía…
¡Y estoy sereno! En medio del oscuro “algún día”,
de la sed, de la fiebre, de los mortuorios ramos
-¡el día del adiós a todo cuanto amamos!-
yo evocaré esta hora y me diré a mí mismo,
sonriendo virilmente: -”Poeta, ¿en qué quedamos?”
Y llenaré mi vaso de sombras y de abismo…
¡el día del adiós a todo cuanto amamos!
Porfirio Barba Jacob
Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero,
de tan cruel dominio y trágica opresión,
que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero,
fui hasta la Muerte… Un alba se hizo en mi corazón.
Bien se que aún me aguardan angustias infinitas
bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien;
que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas
sus rosas en la onda de lúgubre vaivén.
Bien sé que, alucinándome con besos sin ternura,
me embriagarán un punto la juventud y Abril;
y que hay en las orgías un grito de pavura,
tras la sensualidad del goce juvenil.
Sé más: mi egregia Musa, de hieles abrevada,
en noches sin aurora y en llantos de agonía,
por el fatal destino de dioses engañada
ya no creerá en nada… ni aún en la poesía…
¡Y estoy sereno! En medio del oscuro “algún día”,
de la sed, de la fiebre, de los mortuorios ramos
-¡el día del adiós a todo cuanto amamos!-
yo evocaré esta hora y me diré a mí mismo,
sonriendo virilmente: -”Poeta, ¿en qué quedamos?”
Y llenaré mi vaso de sombras y de abismo…
¡el día del adiós a todo cuanto amamos!
Porfirio Barba Jacob
lunes, 13 de agosto de 2012
Sé de una muchacha que es un cielo y al parecer le pica el alma. Quiero ser rascacielo.
Vivir adrede
Mario Benedetti
La emoción que no se puede sufrir y también la emoción que se reprime terminan por enfermar psíquica o físicamente o ambas cosas a la vez. Éste es el terreno de la patología .El pathos, sufrimiento inevitable, cae en el cuerpo y se convierte en patología.
Las emociones del mundo subterráneo
Iván Rodríguez
Vivir adrede
Mario Benedetti
La emoción que no se puede sufrir y también la emoción que se reprime terminan por enfermar psíquica o físicamente o ambas cosas a la vez. Éste es el terreno de la patología .El pathos, sufrimiento inevitable, cae en el cuerpo y se convierte en patología.
Las emociones del mundo subterráneo
Iván Rodríguez
sábado, 11 de agosto de 2012
La muy Perra
En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad
Es -pareciera decirnos un acto de justicia una manera sana
de respirar en medio del fastidio de no ofrecer la otra mejilla
Pero¿qué tal si optamos por la benevolencia por ir limpios y ufanos
celestiales?
Innobles son los tratos que la vida propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre tu bilis negra y tu soberbia.
Piedad Bonett
En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad
Es -pareciera decirnos un acto de justicia una manera sana
de respirar en medio del fastidio de no ofrecer la otra mejilla
Pero¿qué tal si optamos por la benevolencia por ir limpios y ufanos
celestiales?
Innobles son los tratos que la vida propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre tu bilis negra y tu soberbia.
Piedad Bonett
"Jung a dicho que la tarea del artista es compensar la conciencia colectiva , lo que nos lleva a pensar si no es la expresión freak del artista y el modo estrafalario de vivir de algunos de ellos lo que de hecho a compensado la conciencia colectiva a lo largo de la historia"
Rafael López Pedraza
Hermes y sus Hijos
Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo puede ser la que dejó escrita el bueno de Pessoa. “Espera lo mejor y prepárate para lo peor”
Mario Benedetti
Vivir adrede
Rafael López Pedraza
Hermes y sus Hijos
Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo puede ser la que dejó escrita el bueno de Pessoa. “Espera lo mejor y prepárate para lo peor”
Mario Benedetti
Vivir adrede
miércoles, 8 de agosto de 2012
lunes, 6 de agosto de 2012
“No son, pues, los mitos una invención, una fabulación o el residuo de la ignorancia y el atraso, sino los verdaderos diseños del tránsito de la humanidad por su interioridad, los caminos que describen los paisajes de la humanidad aún no obsesionada por él cómo del mundo real, esa fuente mítica con sus deseos, búsquedas y esperanzas”
Marta Vélez Saldarriaga
Los Hijos de la Gran Diosa
Marta Vélez Saldarriaga
Los Hijos de la Gran Diosa
domingo, 5 de agosto de 2012
sábado, 4 de agosto de 2012
“En los asuntos humanos que comparten peligro y tacto, un final puede verse seriamente comprometido por la prisa. Muy a menudo los hombres tropiezan y caen a causa de una excesiva precipitación. Para realizar como es debido cualquier acción difícil y sutil, es preciso considerar ante todo la finalidad a la cual se atiende; una vez aceptada dicha finalidad como deseable, entonces es preciso olvidarla por completo y concentrarse única y exclusivamente en los medios que conducen a ella .Gracias a este método, ni la prisa ni el temor ni la ansiedad desencadenaran pasos en falso”
Al Este del Edén(pág 278)
Jhon Steinbeck
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